Comunicado del 8M 2022
El 8 de marzo de 2022, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, buscamos visibilizar a todas las mujeres panameñas que ejercen distintos tipos de trabajos, muchos de los cuales están infravalorados y por los cuales estamos aquí alzando nuestras voces, mostrándonos diversas, pero reconociendo que por el solo hecho de ser mujeres, no se nos
reconocen los mismos derechos laborales.
En Panamá las mujeres constituyen una proporción creciente de la fuerza de trabajo, sin embargo, una parte importante de las trabajadoras están en puestos precarios, a menudo con poca seguridad laboral, salarios bajos y en condiciones desfavorables. Durante la pandemia la crisis laboral de las mujeres aumentó, ya que la respuesta del gobierno empeoró la situación ya que con ley 157 del 3 de agosto de 2020 se creó un vacío legal que permite despedir a mujeres embarazadas sin pagarnos subsidio de maternidad. Esto hace todavía más difícil que podamos cumplir las cuotas necesarias para jubilarnos y pone en riesgo nuestra vida y a la de nuestros hijos e hijas.
Por otra parte, mientras que un número bajo de mujeres está asumiendo puestos de dirección, todavía se enfrentamos problemas relacionados con la brecha salarial ya que los hombres ganan el 11% más que las mujeres haciendo el mismo trabajo, también somos discriminadas por ser madres y se utiliza el acoso laboral como herramienta de control.
Actualmente, las cifras de desempleo muestran que el 24.6% de las mujeres están desempleadas, versus el 13.5% de hombre. Esto representa una enorme brecha que de manera directa afecta a las mujeres, quienes según los datos llevan solas el 65% de las jefaturas del hogar. Partiendo de este punto, el acceso al trabajo para mujeres es aún más
difícil a la hora de hablar de la cifra de desempleo de jóvenes de 20 a 24 años, se sitúa en 43.2% y en las mujeres jóvenes hasta el 2020 en un 44.8%.
Con estos antecedentes podemos decir que la vida laboral para mujeres adultas y jóvenes es absolutamente incierta, injusta y precaria. Los números sobre el desempleo en este país tienen cara de mujer. Es por esto por lo que urge diseñar políticas públicas que beneficien a las mujeres, garantizando así el bienestar de la mayoría de las familias panameñas depende de esos salarios.
Por otra parte, las mujeres sufrimos distintas líneas de discriminación además de ser mujeres, somos discriminadas por ser afrodescendientes, indígenas y de la diversidad sexual. En el caso de las mujeres interioranas no cuentan con plazas laborales dignas en sus áreas de residencia, lo que las obliga a buscar trabajo en la ciudad renunciando a dos
cosas: 1) a ser discriminadas por su identidad, color de piel, tipo de cabello, manera de hablar, creencias y las diferencias de clase; y 2) Tener que migrar hacia la ciudad, alejadas de sus familias para vivir en condiciones de precariedad y explotación laboral.
Otra de las situaciones más relevantes para destacar, es el tema de la seguridad social para las mujeres ya que el sistema está diseñado para las personas con empleos formales, pero para octubre de 2021 solo 3 de cada 10 mujeres tenían un empleo. Por otra parte, estar cotizando en la Caja de Seguro Social no es garantía de que se tendrá jubilación, porque no todas las personas que cotizan alcanzan la cantidad necesaria de cuotas, esto se ve en que sólo el 37% de las mujeres en edad de trabajar están cotizando en la Caja de Seguro Social, esto en comparación con el 52% de los hombres.
El 8 de marzo conmemora y reivindica la lucha que hace 111 años comenzó con el asesinato de 129 trabajadoras que exigían sus derechos laborales. Es lamentable que tanto tiempo después las mujeres sigamos siendo víctimas de discriminación, precariedad laboral y seguir siendo la cara del desempleo de un país con uno de los mayores indicadores de crecimiento económico en la región.
Garantizar el bienestar laboral de las mujeres, su inclusión en el sistema de seguridad social y la equiparación de salarios, son grandes retos para que nuestro país avance.