La conmemoración de un día internacional de la mujer fue propuesto por Clara Zetkin.
Durante la Segunda Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas celebrada en Copenague, Dinamarca en 1910. Participaban mujeres de al menos 17 países y se acordó la conmemoración de un día para reclamar, principalmente los derechos civiles, políticos y económicos para todas las mujeres del mundo a partir del siguiente año, en marzo. Este mes fue histórico por las luchas de las miles de obreras de Estados Unidos de norteamérica reclamando mejores condiciones de trabajo que fueron violentamente reprimidas.
¿Quién era Clara Zetkin?
Una lideresa socialista alemana, nacida en 1857 (fallecida en 1933) quien representaba al sindicato internacional de obreras de la confección y cuya meta era constituir un movimiento obrero femenino. Fue una mujer de acción, daba discursos, organizaba manifestaciones, daba charlas para las demás trabajadoras promoviendo la emancipación de la mujer, principalmente de las obreras. Fundó el periódico “La Igualdad” donde exponía sus ideas en conjunto con mujeres como Rosa Luxemborgo.
¿Y a que se refería con la “emancipación de la mujer trabajadora”?
El pensamiento socialista plantea que las condiciones económicas o materiales, condiciona todo lo demás. La mujer estaba explotada como trabajadora en las fábricas con bajos sueldos, condiciones inhumanas, sin descanso, con un horario extendido y sin los derechos laborales que ahora nos podrían parecer normales (como vacaciones, XIII mes, seguro social, licencia maternal, entre otros). Y sin posibilidad de organizarse. Además como esposa en la casa con toda la carga de cuidados de la familia.
Ella planteaba que era necesaria la lucha y hacer la revolución para cambiar la sociedad. Su lucha se distinguía de las de otras mujeres (burguesas), cuyos esposos sí tenían bienes y condiciones económicas y materiales dignas. Sin embargo, esas mujeres tampoco tenían el derecho a la educación de calidad, ni a acceder a profesiones, ni a heredar de sus padres o administrar su dinero. Tampoco podían votar, mucho menos participar y ser elegidas. En muchos países de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica empezaron a luchar para acceder a las profesiones y a todos los derechos civiles y políticos, pero no todas propugnaban por transformar el modelo económico de sociedad.
Las obreras tenían una doble discriminación. Clara consideraba que las y los obreros debían luchar juntos por transformar la sociedad. Sin embargo, sus compañeros de lucha consideraban que hablar de la desigualdad en el hogar, la violencia o participar en igualdad con los hombres era un tema sólo de mujeres burguesas.
¿Y en Panamá?
Las mujeres tuvieron que luchar para educarse a principios del Siglo XX. El Estado veía bien que algunas mujeres estudiaran sólo para ser maestras. La primera estudiante en la Facultad de Derecho en la década de 1920 fue otra Clara (1898-1990), la nuestra: Clara González. Hija de un trabajador, fue la primera mujer en graduarse de la Facultad de Derecho con una tesis sobre la condición de la mujer, y tuvo que luchar para cambiar la ley y poder ejercer la profesión.
Mientras tanto la costurera Julia Palau de Gámez (1890-1941) es de las mujeres pioneras en el movimiento obrero de Panamá. Ella participó en 1923 en el Partido Nacional Feminista fundado por Clara.
Años después, en 1935 otras mujeres pudieron acceder a la Universidad de Panamá, pero las condiciones laborales de las trabajadoras en las fábricas también eran inhumanas. Reclamaban mejores condiciones de trabajo, protección especial para la maternidad, políticas para la educación y la salud pública, entre otros. En Panamá, el sufragio universal se alcanzó en 1946.
Más de 100 años después, ¿por qué las mujeres seguimos manifestándonos? ¿No se alcanzaron ya esos derechos?
Con muchas luchas y altos costos para las mujeres organizadas se han ido alcanzando cada vez más derechos dentro del marco legal. Sin embargo, todos nuestros derechos no están consignados en las leyes, y los que sí están como el fuero maternal, el derecho a amamantar en el empleo, el derecho a la seguridad social, el acceso a la educación desde pre-escolar hasta la educación superior, una vida libre de discriminación y violencia no se nos garantizan a la mayoría de las mujeres. La violencia doméstica sigue siendo el segundo delito más denunciado.
En particular, los derechos económicos, como decía Clara, definen todo lo demás. La tasa de desempleo femenina es mayor que la masculina, los salarios de las mujeres son más bajos (por igual trabajo), hay menos mujeres inscritas en la Caja de Seguro Social, el empleo informal crece cada año; durante la pandemia el empleo femenino fue el más afectado. La mujeres aun cuando trabajemos remuneradamente seguimos asumiendo las tareas y el trabajo de cuidados, y eso impacta en nuestra salud, en las posibilidades de estudiar, trabajar dignamente, de organizarnos y ser libres y felices.
Los derechos sexuales y los derechos reproductivos son vulnerados constantemente. Entre los años 2019-2020, ochocientos cincuenta y un niñas menores de 14 años fueron madres. En 2021 la Contraloría General de la República reportó 6,652 denuncias de delitos contra la libertad e integridad sexual. Sin que se apruebe e implemente Educación Integral en Sexualidad para prevenirlo.
Ninguna de las leyes explícitamente anti-discriminación protegen a la población de la diversidad sexual. El reconocimiento del matrimonio igualitario sigue pendiente, al igual que una ley de identidad de género, ni siquiera hay políticas públicas que nos protejan del acoso escolar, ni del acoso laboral por ser sexo diversas. Aunque legalmente se penalice el acoso sexual en los ámbitos laboral y escolar, no existen los Protocolos para que esto se cumpla, mucho menos el acoso callejero.
4 comentarios.
Gracias por todo y por tanto.
A veces me parece tan surreal que tengamos que seguir luchando, pero han sido 2000 años de patriarcado. 30 años peleando por el derecho a votar no parece tanto desde esa perspectiva…
Lo bueno es que la snuevas generaciones vienen recargadas, con mucho positivismo y decisión!
Importante contexto para entender por qué conmemoramos. Es potente y fácil de interiorizar para quien no esté directamente en el movimiento. . Grande, Ali.
[…] En Panamá las mujeres constituyen una proporción creciente de la fuerza de trabajo, sin embargo, una parte importante de las trabajadoras están en puestos precarios, a menudo con poca seguridad laboral, salarios bajos y en condiciones desfavorables. Durante la pandemia la crisis laboral de las mujeres aumentó, ya que la respuesta del gobierno empeoró la situación ya que con ley 157 del 3 de agosto de 2020 se creó un vacío legal que permite despedir a mujeres embarazadas sin pagarnos subsidio de maternidad. Esto hace todavía más difícil que podamos cumplir las cuotas necesarias para jubilarnos y pone en riesgo nuestra vida y a la de nuestros hijos e hijas. […]