¿Y mi hijo qué?
Es algo que me viene dando vueltas en la cabeza y como una mujer y madre feminista, con un hijo bajo mi responsabilidad y cuidado, lo debo hablar… problematizar, como le dicen mis compas más versadas🤷♀️.
Vamos a ver, ¿si no lo educo yo, si no se lo enseño yo, entonces quién? ¿Quién le va a enseñar lo que es ser feminista? ¿Quién le va a hablar de nuestra lucha? No estoy hablando de salir a la calle a hacer escuela para hombres o reivindicar abusadores; pero ¿y al mío qué? No puedo permitirme el capricho de tacharlo, de cancelarlo por el simple hecho de ser hombre y…! allá el que se joda! 🤔Entonces, ¿Quién se supone que le va a enseñar a los hombres? ¿Los hombres? ¿Un iluminado que nació con la determinación de ceder los privilegios que le ponen de regalo en sus pies?
Nadie puede vivir en una constante guerra, ni nosotras las luchonas. O sea, ya estamos en guerra con el sistema, ya estamos en guerra con el patriarcado, ya estamos en guerra con el Estado, ya estamos en guerra con una sociedad que se aferra a todos los patrones que le dan una falsa sensación de seguridad y ahora me van a venir a decir que yo tengo que vivir en guerra con mi hijo, así como si hubiera parido a un enemigo. Porque si esto es así, en vez de perder mi tiempo tratando de reivindicar nuestros derechos, ya por siglos vulnerados, mejor me pongo a planificar como acabar con el mundo🔥🌪️.
Es decir, si esto no tiene ninguna otra salida más allá de odiar a la otra mitad del mundo, entonces ¡el FEMINISMO me mintió! ¿Dónde quedó la hermosa idea de construir una mejor sociedad PARA TODOS? Porque, entonces, esto no sería estar en búsqueda de una transformación para conseguir una sociedad más justa e igualitaria, si no que simplemente estaríamos tratando de invertir los papeles. Esto nos convertiría en lo mismo contra lo que luchamos, solo que con una vagina. Así que compas…¡coherencia por favor! 💁♀️
Pero voy a ir más allá, aunque esto signifique la posibilidad de ser exiliada de la cofradía feminista. A mi esposo, ese hombre blanco, heterosexual, privilegiado, humano, honesto, amoroso y comprometido con el que tomé una decisión adulta, consiente y responsable de crear una familia, tener hijos y aportar nuevos ciudadanos al mundo, al él también le debo trasmitir esta información. Quizá se estarán preguntando ¿porqué? Pues, porque quiero que donde está creciendo mi hijo haya un buen hombre de ejemplo.
Para mí, esto es así de sencillo: o lo educo yo o lo educa el patriarcado. ¿Qué preferimos?
Imagen destacada: Durante una manifestación a favor del aborto legal y seguro en Argentina, diciembre del 2020. Créditos: Reuters / The New York Times